Tutti Frutti: El Templo del Underground
Se estrenó en el Festival de Cine DocsMX el documental sobre uno de los lugares más importantes de la escena under en México en donde convivieron personajes y representantes claves de la cultura y la música underground de la Ciudad de México.
El año era 1985, el lugar antiguamente llamado Distrito Federal que había sido sacudido por una tragedia de proporciones desastrosas. En este contexto con un México que aún no terminaba de recuperarse y donde la represión del régimen contra la juventud impuesto a partir de los movimientos estudiantiles del 68 y 71,era particularmente estricto, Brisa Vásquez de 19 años y Danny Yerna de 21, ambos unos verdaderos fanáticos de la cultura punk y quienes recién habían tenido la oportunidad de conocer la escena en Europa, empapándose de música que difícilmente podía llegar a estas latitudes, decidieron abrir un espacio para poder compartir esos gustos. Así, cobijado por la clandestinidad en la parte trasera de un restaurante llamado Apache 14 ubicado en Azcapotzalco, nació el bar Tutti Frutti.
El Tutti Frutti fue cuna de una escena que no encontraba lugar en otros espacios, de música que no se podía escuchar en ningún otro lado, por ahí pasaron grupos e integrantes de bandas claves del rock mexicano como Las insólitas imágenes de Aurora, agrupación que daría lugar a Caifanes, Santa Sabina, Café Tacvba, La Maldita Vecindad y desde luego, entre muchas otras. Pero además el Tutti, fue un lugar donde se gestaron y conocieron muchas otras personas que luego serían claves para la cultura en México: pintores, escultores, cineastas, fotógrafos, bailarinas, actrices y actores, y por su puesto icónicos punks como Ganzo Punk, Aknezz y el Piraña. Un lugar en el que se reunían muchas de las personas que formaron proyectos artísticos y culturales como la Quiñonera, El sindicato del terror, La pus Moderna, el Salón des Aztecas, colectivos como los SEMEFO entre otros, que luego sentarían el camino para muchos más. Espacios como Rockotitlán, el LUCC, el Foro Alicia, no podrían pensarse sin estos antecedentes.
El año es ahora 2017, Laura Ponte, documentalista, quien ha producido «Pronóstico Reservado», «A poco estás tan buena» y «Mujeres de Arena», «Son duros los días sin nada», entre otros, y que además ha ganado tres veces el Premio Nacional de Periodismo, estaba en una fiesta con sus amigas cuando empezaron a recordar sobre la magia que tenía ese lugar y lo que representó en ese entonces, ante la incredulidad de una de las jóvenes hijas de sus amigas. Fue entonces que Laura dijo: «¡Voy a hacer este documental!».
El trabajo para realizar este documental no fue para nada sencillo, Laura había ido al Tutti Frutti unas cuantas veces cuando apenas tenía unos 15 o 16 años, así que lo primero que se propuso fue crear un espacio virtual donde todas aquellas personas que tenían recuerdos del lugar pudieran compartir sus vivencias y recuerdos, así se formó el grupo de Facebook, Tutti Frutti: el documental que a la fecha cuenta con más de 8 mil miembros y que fue clave para poder rastrear material, anécdotas y personas que estuvieran dispuestas a compartir su experiencia. En este sentido el documental tiene una gran parte de trabajo colaborativo.
Por otra parte la labor de investigación es comparada por Laura como la reconstrucción de escenas de un crimen, preguntando por aquí y por allá, rastreando a través de las imágenes la identidad de una persona que aparece en una foto con una cámara, visitando personas que le podían compartir material, una labor titánica de recuperación de lo que ahora ya puede considerarse una gran archivo histórico no solo del Tutti Frutti sino de una escena clave en la historia cultural de la ciudad. También fue clave la investigación más en forma y los materiales de apoyo como las tesis y trabajos documentales de Andrea Gentile creadora de materiales como La neta… no hay futuro (1988) y Gregorio Rocha quien trabajó con Sarah Minter en obras como San Frenesí, (1983). También clave fueron los aportes de Pablo Gaytán, autor del documental «Década Podrida», artista visual que ha dedicado gran parte de su labor a recopilar archivos de los movimientos urbanos en el país.
El trabajo de búsqueda y recopilación de materiales del editor de la película, Ricardo Vergara, así como su participación en la selección de música para darle dinamismo a la edición también muy importante para la manufactura del documental.
Por otro lado, también era fundamental poder contar con testimonios actuales de quienes vivieron esa época y escena, así se realizaron un importante número de entrevistas de la mano de Alex Albert, cineasta y documentalista que dirigió «La revuelta de las batas blancas», «Construyendo sobre el aire», «Pronóstico Reservado» y «Me llamaban King Tiger». Esta parte afortunadamente se facilitó gracias a que muchos de los entrevistados son parte del círculo cercano de Laura Ponte y de inmediatamente accedieron, así se logró contar con la participación de: Brisa Vázquez, Danny Yerna, Pacho Paredes, Juan Carlos Jaurena Ross, Taka Fernández, Sabo Romo, Trasher Biafra, Ganso Punk, Uili Damage, Nacho Desorden, Leoncio Lara «Bon», Gerry Rosado, Alfonso André, Pablo Valero, Poncho Figueroa, Alejando Guerrero Massad, Dobrina Cristeva, Laura Sánchez Muñohierro, Mila Ojeda, Rubén Albarrán, Edmundo Navas, Norma Sandoval, Jenny Bombo y Rosa Adame.
El documental también contó con el apoyo de WE ROCK un centro que a su vez es un espacio cultural independiente y todo su equipo con Pepe López Alonso, director general, consideraron fundamental apoyar este proyecto que pretende promover entre las nuevas generaciones la importancia de este espacio que sin duda fue un lugar clave para la creación de la identidad de la cultura underground en la ciudad de México.
El Tutti Frutti fue para los defeños lo que en su momento fue el CBGB era para los neoyorquinos, un lugar donde cabían todos aquellos que no encontraban lugar donde encajar, donde se podía escuchar música que no estaba en ningún lugar, donde se gestaron los sonidos que iban eventualmente a consolidar la escena del rock nacional. Es por ello que este documental ahora es un referente importantísimo para las generaciones que vinieron después y desde luego las que todavía vendrán.