Los Jaivas; 40 años de «Alturas de Machu Picchu» en Valparaíso
Los Jaivas; 40 años de «Alturas de Machu Picchu» en Valparaíso
Se respira una tensa calma en entre el respetable que ansía poder ser parte del histórico hito de la música nacional, como de la misma Latinoamérica. Y no es para menos, ya que se trata de los 40 años que cumple un disco que rompió paradigmas en la música del continente, y quizá, del mundo entero.
Y es que no se trata de un aniversario cualquiera, es una vuelta más al sol de «Alturas de Machu Picchu», la obra del prócer de la poesía mundial Pablo Neruda, que hizo brillar a Chile como una de las estrellas principales de la constelación donde habita lo más elevado de la poesía. Y que, en un acto de grandilocuencia musical, certera y hábil, Los Jaivas, una de las bandas más trascendentes de nuestra historia, musicalizó inmortalizando a fuerza de piedra andina, una obra de culto absoluto para cualquier persona que escuche la connotada placa musical.
Se apagan las luces de un Teatro Municipal de Valparaíso lleno hasta el techo con los más acérrimos fans, que con su asistencia retan cualquier medida contra la pandemia, para tributar y celebrar junto a la banda sonora de sus vidas este momento histórico. Aparece entre los gritos de la multitud «El Diablo», el ya icónico personaje de la carátula del disco, rondando entre el público, presagiando con la certeza de los ancestros, la ascensión de la banda al escenario. Se sube el telón y todo es euforia, las cámaras y flashes salen presurosos de los bolsillos para inmortalizar el momento.
«Del Aire Al Aire» llena el espacio con su obertura en la cadencia de las trutrukas que emanan de los pulmones de Francisco Bosco y Carlos Cabezas. Las teclas ponen la tensión martillada a fuego por un Claudio Parra lleno del más grande de los talentos que ha parido esta tierra que pelea entre mar y cordillera. Y un Mario Mutis entrega las bajas frecuencias que sostiene la obra hasta la llegada de Juanita Parra a la batería. Entonces como un trueno la obra alcanza su zenit y el respetable responde en consecuencia con una ovación que hace temblar el espacio porteño.
Uno a uno, pasan las icónicas canciones del disco hasta llegar a «Sube a Nacer Conmigo Hermano» y el recinto explota para rendir homenaje al más popular y venerada canción de la cuadragenaria placa. Cientos y cientos de gargantas corean y rivalizan con los parlantes del espacio y, junto la banda, alcanzan un clímax de completa complicidad entre público y artistas, en donde un Alan Reale brilla con luz propia en la primera guitarra.
El gran sonido de estándar mundial, se funde con las piezas visuales que son proyectadas a través de una pantalla gigante en donde pasan, una a una, imágenes de la obra audiovisual estrenada en 1981.
Una amalgama de piezas visuales fundidas con la música, las luces y la puesta en escena de cada uno de los integrantes, completan una experiencia vibracional de alta frecuencia.
Después de 40 minutos de intensa actividad musical y con un público extasiado con el espectáculo. Se da paso a la transición entre la primera y la segunda parte del show, en donde la banda finaliza el espectáculo con los más grandes éxitos de la magistral carrera de una de las bandas más importantes de la historia, de la que pronto veremos un documental en una de las productoras y canales más importantes del mundo. Esto con motivo de la celebración de los 60 años de trayectoria musical de Los Jaivas.
Así se palpó en la piel el evento que conmemora 40 años de una de las placas que ya forma parte de la banda sonora de nuestras vidas y es referente musical obligado a nivel mundial.