¿Estás bien? Pues no. Para qué engañarnos. La verdad es que nadie está muy bien, y alguien tenía que decirlo. Ese ‘alguien’ es Yavy, quien hace unas semanas se estrenó con la frontal y sarcástica «Deja las Drogas», un hit tan cerca del antifolk como del pop de baja fidelidad.
Ahora, presenta la segunda pata del banco que será su disco: «Nadie Está Muy Bien», una canción que es, a la vez, un manifiesto generacional de cómo percibe que nos sentimos, pero también un hit como un tren de mercancías que se mueve entre cadencias electrónicas y una memoria confesional que atraviesa todo el Indie Pop menos previsible.
Una pieza que mantiene esa aparente fragilidad e inocencia que es una de las señas de identidad de la joven artista canaria, pero también un empoderamiento y una honestidad aún más brutal que la de Calamaro: la de los estribillos pegadizos y una finísima producción que nos pueden llevar a la canción alternativa de autor más bailable, recogiendo ecos y recados a Julieta Venegas, La Bien Querida o La Buena Vida.
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